ataques israelíes se intensifican y también el temor de la gente

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«La electricidad fue cortada y no podíamos vernos, corrimos hacia el hospital. Mi padre perdió sus dos pies, mi tía perdió un ojo y dos de mis familiares resultaron gravemente heridos», dice a la AFP este joven con camiseta manchada de sangre.

«Con frecuencia me gusta estar despierta hasta tarde, ahora detesto la noche», dice Dima Talal, una estudiante de secundaria de 17 años. «Estos cuatro últimos días, solo dormí cuatro horas, llena de miedo».

«Estoy más asustada hoy que durante todos los otros días de tensión, pues el ruido de los misiles israelíes es muy fuerte, terrible, loco», reitera esta joven habitante de la ciudad de Gaza.

– «No sé por qué lo hace» –

Los tiroteos entre Hamás y el ejército israelí son frecuentes, y los dos enemigos se enfrentaron en tres guerras en el enclave en menos de 15 años (2008, 2012, 2014).

Para Ahmed Fatum, de 16 años, lo que los habitantes de Gaza viven en la actualidad no tiene nada de «escalada». «Es una verdadera guerra», indica.

«Israel destruye todo: casas, edificios, inclusive tierras agrícolas frente a nosotros», afirma el joven. Sin embargo «no somos culpables de nada», agregó.8

A los 73 años, su abuela, Um Jallal Fatum, no está viviendo sus primeros bombardeos, pero afirma que nunca vio unos «tan violentos».

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que los bombardeos en Gaza aún «no han terminado».

«Es un criminal pues mata a niños y destruye casas. No se por qué lo hace», suspira Um Jallal Fatum.

El nuevo ciclo de violencia comenzó el lunes tras días de choques entre palestinos y policías israelíes en Jerusalén-Este, porción palestina de la Ciudad Santa ocupada y anexada por Israel, que causaron centenares de heridos.

Las imágenes de la policía israelí lanzando granadas ensordecedoras o balas de caucho contra la Explanada de las Mezquitas para dispersar palestinos, lanzándoles proyectiles, han causado conmoción.

Hamás había amenazado con disparar cohetes contra Israel si sus fuerzas no se retiraban de la explanada, tercer lugar santo del islam y sitio más sagrado del judaísmo.

«Él (Netanyahu) le hizo mal a Jerusalén y por eso los palestinos lanzaron cohetes. Debe irse», considera Um Jallal Fatum.

Y añade que esa es la única solución para «la paz» que tanto anhela.