América Latina se llevará la peor tajada en la recesión global que provocará el nuevo coronavirus. Al menos esa es la previsión preliminar que hace la Unidad de Inteligencia de The Economist en su reporte “Una recesión inducida por una pandemia afecta a América Latina” en el que estima una contracción de -4.8 % en la región latinoamericana, “una recesión que superará a la de todas las regiones del mundo, aparte de la zona euro”.
Esta proyección, todavía cambiante ante los acontecimientos mundiales, contrasta con la estimación que había hecho The Economist en enero, cuando calculaba que América Latina crecería 0.9 % en su conjunto.
El análisis valora que el gasto público en salud, la capacidad de respuesta del gobierno frente al COVID-19, el nivel de endeudamiento, la política de estímulos fiscales y el nivel de informalidad laboral serán algunos de los factores esenciales de cara al impacto de la enfermedad. República Dominicana no está en la peor situación, pero tampoco en la mejor, de acuerdo al informe de The Economist.
En cuanto a la capacidad de respuesta para aplicar medidas que frenen el avance de la pandemia, como los protocolos de distancia social, el cierre de fronteras y medidas para incrementar la toma de pruebas de COVID-19, los peores valorados en la región son Nicaragua, Brasil y México, seguidos de Panamá, Uruguay y Venezuela.
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República Dominicana tiene una calificación aceptable en respuesta ante la contención, aunque el reporte destaca que, entre los países con medidas de confinamiento obligatorio, fue la nación que más tiempo se demoró en aplicarlas, para un total de 20 días desde que se informó el primer caso del nuevo coronavirus. Otros, como Venezuela, El Salvador y Guatemala, las tomaron en menos de una semana tras detectarse la primera persona contagiada en esos países.
“Algunos de los países más pobres, incluidos El Salvador, Guatemala, Honduras y Venezuela, estuvieron entre los más rápidos en responder, probablemente reconociendo la capacidad extremadamente limitada de sus sistemas de salud para enfrentar una prolongada crisis de salud pública”, dice el informe.
Otro de los factores determinantes a la hora de estimar el impacto de la enfermedad sobre el desarrollo de un país es el nivel de gasto público en salud, porque define su capacidad para atender una crisis sanitaria. Las naciones que registran un mayor gasto en salud per cápita son Cuba, Chile y Uruguay, con gobierno que destinan entre 2,000 y 2,500 dólares por persona para el gasto de salud, mientras que los gobiernos de Nicaragua, Guatemala, Bolivia, Honduras y Venezuela gastan menos de 500 dólares por persona en salud.
República Dominicana registra un gasto en salud per cápita de alrededor de 1,000 dólares, nivel similar al de otros países como Colombia, México y Ecuador, de acuerdo al reporte de The Economist.
El reporte destaca el caso peruano en el han aplicado una agresiva estrategia para hacer pruebas de detección del nuevo coronavirus. El gobierno de ese país ha comprado 1.6 millones de kits de pruebas a China, con el primer despacho de 330,000 pruebas que se esperaba llegaran este viernes. Con ello, esperan que la tasa de pruebas efectuadas suba de 500 a 5,000 diarias en las próximas semanas.
“En la mayor parte de la región, la tasa de pruebas es inadecuada, lo que podría prolongar los periodos de cuarentena y causar todavía más daño económico”, resalta la Unidad de Inteligencia de The Economist.