El Alto celebra su aniversario en medio de violencia y anuncio de inversión de $us 100 MM

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«¡Asesina!», «¡asesina!», «¡asesina!», gritaba un grupo de personas concentrada en inmediaciones de la alcaldía quemada de El Alto cuando salía la presidenta Jeanine Áñez de la sesión del Concejo municipal en homenaje a esa ciudad. Ese fue uno de los momentos tensos que se vivió en una jornada marcada por protestas y gasificación policial que se extendió hasta horas de la noche.

En medio del conflicto hubo una explosión de un cachorro de dinamita que dañó los vidrios de varios vehículos oficiales, mientras que los policías recurrieron al uso de agentes químicos para contener a los movilizados y permitir la evacución de Áñez y del resto de personas que estuvieron en la sesión edil.

Otra situación parecida se vivió en la mañana, en Senkata, cuando los senadores intentaban instalar una sesión. Familiares de los muertos y heridos de los trágicos sucesos de octubre, en esa zona, protestaron e increpaban no solo a los policías desplazados para la seguridad de los legisladores, sino a senadores como Óscar Ortiz por lo ocurrido hace más de tres meses, tras la dimisión de Evo Morales.

La clase política preparó una serie de actos en El Alto para celebrar sus 35 años de fundación. «Estoy aquí para anunciar que el gobierno nacional ha conseguido concretar la programación de 100 millones de dólares para El Alto, para que sean invertidos durante esta gestión. Es la primera vez que El Alto recibe una inversión social y en infraestructura urbana de esta magnitud», sostuvo Áñez en su discurso en la sesión de honor de los concejales, en el auditorio de la alcaldía quemada, en la Ceja, centro comercial de El Alto.

Mientras que afuera ya había protestas y se reforzaba la seguridad policial. La salida de Áñez y de su gabinete no fue fácil. A los vehículos que los transportaban les arrojaron desechos de basura y desde lo alto de un puente peatonal se gritaba a la Presidenta: «¡Asesina!», «¡asesina!», «¡asesina!».

Un cartucho de dinamita explotó cerca del puente peatonal que provocó un cráter de un centímetro de profundidad y un radio de cinco a nueve centímetros, informó el director departamental de Bomberos, Ismael Vilca.

Las protestas se extendieron hasta horas de la noche. Grupos de movilizados destruyeron el palco oficial que se había levantado en la avenida 6 de Marzo y prendieron una fogata para una especie de vigilia.

  • El vehículo presidencial abandonó la exalcaldía alteña por una puerta trasera ante la protesta de grupos. Foto: Claudia Villca.

Fue el segundo evento violento en El Alto, en una jornada tensa que comenzó con incidentes, agresiones y gases lacrimógenos en la zona de Senkata, donde en noviembre la intervención policial-militar para abastecer de combustible a La Paz desde la planta de hidrocarburos acabó con nueve muertos por herida de bala y varios heridos.

En esa zona la Policía también hizo uso de agentes químicos contra los familiares de las familias de los muertos y heridos que reclamaba justicia ante la presencia de los senadores. La gases llegaron hasta una unidad educativa, afectando a varios niños.

Inversión

Según Áñez, El Alto debería recibir una inversión anual de $us 100 millones por los próximos cinco años. De los $us 100 millones comprometidos, 12 millones serán para la creación de escuelas, módulos y equipamiento, y $us 5 millones para la construcción de 60 tinglados, diez más de los comprometidos en los acuerdos de paz del pasado año.

El candidato a la vicepresidenta por la alianza Juntos, de la cual Añez es la postulante a la presidencia, Samuel Doria Medina, explicó a través de un mensaje en la red social Twitter que la mandataria «anunció una inversión de 100 millones de dólares anuales en #ElAlto por cinco años, para salud, educación, saneamiento, iluminación, calles y avenidas. Después de 14 años, llegó la oportunidad de transformar la vida de las familias alteñas».

  • Así quedó la avenida que está detrás de la exalcaldía, que permite el acceso a la autopista La Paz-El Alto. Foto: Claudia Villca.

Áñez llamó a trabajar «unos con otros y no unos contra otros». «Vengo a traerles un mensaje de paz y proponerles que caminemos juntos en la construcción de un país de una ciudad que mire más hacia adelante y mucho menos hacia atrás», reflexionó a la conclusión de la tensa jornada.