Acaso el rostro más emblemático de la pandemia sea la cara de este médico, de la que apenas se ven los ojos, las cejas y la frente, cubierto el resto por una composición de dos mascarillas. Li fue el primero en advertir que un nuevo virus era la causa de la neumonía atípica que parecía multiplicarse en Wuhan. Tras hacerlo fue detenido por las autoridades locales y obligado a rectificar sus dichos. “A pocos días de su liberación, este médico de 34 años volvió a tratar pacientes, sólo para infectarse él también con la enfermedad, que era por cierto real, y luego, el 7 de febrero, sucumbir a ella”.
Fortune recordó la valentía de Li, “tanto ante el coronavirus como ante el estado”, que “inspiró a China y finalmente al mundo”. En abril el gobierno chino honró a Li como a un “mártir”. La última publicación de Li en la red social Weibo se ha convertido en una suerte de espacio para el homenaje póstumo, donde innumerables usuarios dejan comentarios y celebran la vida de Li: “Este Muro de los Lamentos digital, como algunos lo han llamado, tiene más de 850.000 mensajes y se yergue como amonestación para cualquiera que no crea que la voz de una persona puede ser la diferencia entre la vida o la muerte de miles”.
2. Chris Gregoire
Directora ejecutiva de Challenge Seattle
Desde su fundación destinada a impulsar el desarrollo de la ciudad más importante del estado de Washington, del que fue gobernadora, Gregoire reorientó los esfuerzos de su fundación a unir a la dirigencia política y empresarial del área —que incluye actores poderosos en agresiva competencia, como Amazon y Microsoft— para combatir la pandemia en conjunto. La región, que fue la primera en presentar un caso de coronavirus en los Estados Unidos, también se convirtió en un modelo de reacción sostenida por información científica.
The Seattle Times contó cómo Challenge Seattle organizó una conferencia telefónica entre políticos y empresarios el domingo 1º de marzo, cuando la gravedad del COVID-19 comenzaba a hacerse sentir en Seattle. “Desde entonces se convirtió en un centro de intercambio de información” más allá de intereses partidarios o comerciales. Los miembros de Challenge Seattle representan a más de 250.000 empleados del área e incluyen a los directores ejecutivos de Alaska Airlines, la Fundación Bill & Melinda Gates, Boeing, Costco, Microsoft y Starbucks, entre otros.
3. Jack Ma
Cofundador de Alibaba
“Un ferviente defensor de la cooperación entre los Estados Unidos y China durante su tiempo en Alibaba, Ma rompió las tensiones geopolíticas para donar miles de kits de pruebas y un millón de mascarillas al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), a la vez que facilitaba el envío de 1.000 respiradores al estado de Nueva York”, lo presentó Fortune. Pero Ma también hizo donaciones a otros países donde escaseaban esos recursos por la crisis del COVID-19, en América Latina y en África.
BBC recordó que en plena pandemia el hombre más rico de China abrió su cuenta personal en Twitter, que se convirtió en el canal de información para su campaña sin parangón que hasta ahora ha alcanzado a 150 países con 18 millones de máscaras, 3 millones de kits de análisis y miles de respiradores. “¡Un mundo, una lucha!», tuiteó en uno de sus primeros mensajes. También ha donado millones a la investigación de la vacuna contra el SARS-CoV-2.
4. Los gobernadores de los estados en los Estados Unidos
Jay Inslee, del estado de Washington; Gretchen Whitmer, del estado de Michigan; Mike DeWine, del estado de Ohio
Mucho se ha hablado del protagonismo de Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, quien con sus conferencias de prensa diaria ha sido una fuente de información y de compasión que llevó su imagen a alrededor de un 80% de aprobación, o de Gavin Newsom, gobernador de California, el estado más poblado del país y uno de los primeros golpeados por el COVID-19. Pero muchos de los 50 gobiernos regionales han cargado con el peso de la respuesta, y Fortune eligió a tres para representarlos.
“Desde Inslee, de Washington, que tuvo que inventar un manual para luchar contra la enfermedad en el territorio estadounidense cuando su estado fue el primero afectado, pasando por Whitmer, que se negó a retroceder cuando fue atacada por el presidente [Donald] Trump por exigirle al gobierno federal que diera un paso al frente para ayudar, hasta DeWine, que ha sostenido su orden de quedarse en casa a pesar de la presión de los manifestantes y de su propio partido, ver a los gobernadores de los Estados Unidos ponerse a la altura de las circunstancias ha sido iluminador en este momento sombrío”, resumió la publicación.
5. Anthony Fauci
Director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID)
Cuando CNN le preguntó si preferiría a Brad Pitt o a Ben Stiller para imitarlo en el legendario Saturday Night Live (SNL), Fauci respondió “Brad Pitt, por supuesto”, con el mismo candor con que muchas veces ha intervenido en la comunicación de las acciones federales contra el COVID-19. Pitt lo representó y también le hizo un homenaje, como a los médicos y enfermeras en la primera línea. Actualmente Fauci es la persona que más confianza merece a los estadounidenses a la hora de informarse sobre la pandemia (obtuvo 3,8 de un total de 5 puntos en una encuesta de Business Insider) y Fortune lo ubicó en el quinto lugar de su lista.
“En 36 años como director del NIAID, Fauci ha orientado la respuesta de los Estados Unidos a los brotes, desde el sida al zika. Luego de que las señales contradictorias y la inacción obstaculizaran en un inicio la reacción federal al coronavirus, Fauci surgió como la figura de autoridad más confiable del gobierno. Ha tranquilizado al público hablando claramente, con frecuencia y honestidad, en las sesiones informativas. Y su franqueza sobre los errores —“Es un fracaso, admitámoslo”, dijo ante el Congreso sobre los esfuerzos de testeo del gobierno— ha ayudado a impulsar a la Casa Blanca a corregir el rumbo”.
6. Rachel Bedard
Médica geriatra y de cuidados paliativos en la prisión de Rikers Island, Nueva York
Bedard tiene 37 años y en los últimos cuatro se ha dedicado a cuidar a los más ancianos y más enfermos en la prisión de Rikers Island, una mini ciudad donde miles de personas llegan y se van todos los días y 5.400 están detenidas en ella. Bedard cree que existe una falsa concepción sobre quién está allí y en qué condición: “En su mayoría no han sido condenados por los cargos que se les imputan; están esperando que sus casos se tramiten en los tribunales. Me he ocupado de múltiples pacientes de más de 90 años”, dijo a The New Yorker. “Actualmente tengo un paciente de más de 90 años”.
Desde su cuenta de Twitter se dedicó a informar sobre ellos: ese de más de 90, varios de 80, muchos con discapacidades que los llevarían a un asilo en el mundo exterior, parapléjicos, heridos, enfermos de cáncer con quimioterapias activas, inmunodeprimidos. Y a solicitar “la liberación urgente de todos los que están en riesgo de una grave morbilidad y mortalidad por el COVID-19”, recordando quien quisiera escucharla que la cárcel es “un sistema perfecto” para un brote mortal, destacó Fortune.
7. José Andrés
Fundador de World Central Kitchen
“El chef y restaurateur se lanzó a dar de comer a aquellos afectados por la crisis, transportando en montacargas alimentos a los cruceros en cuarentena y sirviendo casi 100.000 platos diarios a los trabajadores de la salud y otros en el centro del desastre, todo ello mientras también crea empleos muy necesarios entre los trabajadores de restaurantes”, lo presentó Fortune. “La última hazaña de Andrés: convertir el estadio de béisbol de los Washington Nationals en una enorme cocina comunitaria para servir a los residentes” de la capital estadounidense.
Andrés es fundador de World Central Kitchen, una organización sin fines de lucros que funciona como un servicio de emergencia de la alimentación, ya que llega con comida a poblaciones golpeadas por crisis. Desde su fundación, contabilizó WCK en su sitio, ha servido más de 17 millones de platos a aquellos afectados por desastres naturales y otras crisis, en países como Albania, Bahamas, Colombia, Guatemala, Haití, México, Mozambique, España, Venezuela y los Estados Unidos.
8. George Yancopoulos
Director científico y cofundador de Regeneron
“Regeneron y Yancopoulos se apresuran para combatir al COVID-19 en dos frentes”, lo presentó Fortune. “La medicina de la empresa contra la artritis reumatoide pasó a toda velocidad a ensayo clínico en marzo, luego de que en China surgieran pruebas de que podría ayudar con los pacientes más graves”. La terapia, llamada Kevzara, no pareció ayudar a los hospitalizados que no necesitaban asistencia respiratoria, así que actualmente el estudio se concentra en los pacientes críticos que requieren respiradores u otro apoyo de oxígeno. Se cree que además del virus esas personas sufren una respuesta excesiva del sistema inmunológico que causa una inflamación dañina, un mecanismo contra el que es efectiva la droga en el caso de la artritis.
“No parece ser la panacea mágica que todo el mundo hubiera querido para la pandemia», dijo Yancopoulos a The Wall Street Journal. “Pero no queremos espejismos, no queremos curas falsas: queremos terapias reales que marquen una diferencia”. Además de eso, el equipo del científico trabaja en el desarrollo de un cóctel de anticuerpos, “el mismo enfoque que ayudó a que Regeneron creara una droga contra el ébola el año pasado, para tratar la enfermedad y para servir como método profiláctico para los trabajadores de la salud”.
9. Mary Barra
Directora ejecutiva de General Motors
General Motors (GM) fue la primera automotriz que se comprometió a reciclar sus líneas de producción, detenidas por el coronavirus, para luchar contra la pandemia. El 8 de abril el Departamento de Salud y Servicios Humanos firmó con GM un contrato de USD 489.000 para tener fabricados a finales de agosto unos 30.000 respiradores.
“Barra señaló que GM avanzó desde las conversaciones iniciales a la producción de respiradores en tres semanas”, informó Auto Beat. “La empresa garantizó el abastecimiento de unas 400 piezas distintas en un fin de semana luego de la primera reunión con su socio Ventec Life Systems para fabricar respiradores en las instalaciones de GM en Kokomo, Indiana, que normalmente hace pequeños componentes electrónicos”. Esa planta, además, sirvió como una prueba de los protocolos de seguridad para reanimar la industria paralizada por la crisis sanitaria.
10. Bill Gates
Cofundador de Microsoft, cofundador de la Fundación Bill & Melinda Gates
“Hace cinco años, con precisión espeluznante, Gates nos advirtió que nos encontraríamos donde nos encontramos ahora si no nos preparábamos para una pandemia. (No nos preparamos.) Por fortuna, Gates lo hizo: en 2017 puso dinero en la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI), una organización que ya ha acompañado el desarrollo de ocho posibles vacunas contra el COVID-19″, argumentó Fortune.
“Veo la innovación global como la clave para reducir los perjuicios», escribió Gates en su blog. «Esto incluye innovaciones en las pruebas, los tratamientos, las vacunas y las políticas para limitar la propagación y al mismo tiempo minimizar el daño a las economías y el bienestar”. En febrero, además, Gates entregó fondos para preparar la infraestructura de salud pública crítica en África y el sur de Asia.
11. Las alcaldesas
Lori Lightfoot, de Chicago; Jenny Durkan, de Seattle; London Breed, de San Francisco
Como hizo con los gobernadores, Fortune encarnó en tres jefas de gobiernos comunales el reconocimiento a todos los alcaldes de las ciudades y pueblos de los Estados Unidos, que están en la primera línea de acción ante la emergencia del COVID-19, sobre todo en las ciudades más grandes. En Seattle, el primer epicentro en el país, “Jenny Durkan puso en marcha el primer sitio de pruebas sin bajarse del auto para los trabajadores de los servicios de emergencia, creó un programa de vales de comida por USD 5 millones y compartió las lecciones de su ciudad, duramente ganadas, con sus pares alcaldes”.
La escucharon London Breed (San Francisco) y Libby Schaaf (Oakland), que acordaron el emplazamiento de órdenes de quedarse en casa en esas ciudades vecinas y se convirtieron en las pioneras de tal medidas, lo cual les valió críticas y luego elogios. En Chicago, Lori Lightfoot cerró tempranamente los parques de la ciudad e impuso el distanciamiento social, luego de lo cual las redes sociales se incendiaron de memes. Los respondió con humor: “Tu tiro al aro va a ser siempre flojo, así que puedes mantenerte lejos de los parques”.
12. Lee Hsien Loong y Leo Yee-Sin
Primer ministro de Singapur y directora del Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas
“Singapur fue uno de los primeros países fuera de China que confirmaron un caso de coronavirus; casi tres meses más tarde, sus muertes por COVID-19 se mantenían en un solo dígito. El centro de Leo desarrolló una prueba antes de que la ciudad-estado confirmara su primer caso. Actualmente tiene una de las tasas de testeo per capita más altas del mundo”, explicó Fortune esta elección. Además Singapur realiza fuertes controles migratorios, un rastreo de contactos rutinario y utiliza la tecnología para facilitar cuarentenas y los medios para informar constantemente a la población.
13. Jane Mosbacher Morris
Fundadora y directora ejecutiva de To the Market
Mosbacher Morris es una defensora del superpoder que tienen los consumidores —individuos, pequeñas empresas y corporaciones— para tomar decisiones reflexivas a la hora de gastar, y usar su dinero para causar un impacto social positivo. Mediante To the Market (TTM) “pone en contacto a los grandes compradores —como Target y Mastercard— con una red mundial de productores no tradicionales, en su mayoría propiedad de mujeres y con sede en comunidades vulnerables”, la describió Fortune. En marzo, docenas de fabricantes de TTM cambiaron sus operaciones para producir equipo de protección personal para el personal médico, y actualmente tiene pedidos por más de 1,2 millones de unidades. Se dispone a distribuirlos también en Kenia, Ghana y la India.
14. Amadou Sall
Director del Instituto Pasteur de Senegal
“Los recursos para hacer pruebas de COVID-19 han escaseado particularmente en África, donde hace un par de meses el continente tenía sólo dos laboratorios —uno de los cuales es el instituto de Sall— que podían hacer el trabajo”, presentó Fortune al virólogo, quien se ha dedicado a llevar a otros lugares sus habilidades para “crear una forma más práctica de realizar las pruebas”. El Instituto Pasteur de Dakar y la empresa de diagnósticos Mologic, del Reino Unido, se unieron para desarrollar un proyecto de Sall: “Un dispositivo de diagnóstico portátil que ofrecerá resultados en 10 minutos. Las pruebas costarán menos de un dólar y se fabricarán en Senegal”.
15. Kious Kelly
Enfermero de la Sala de Emergencias, Hospital Mount Sinai West, Nueva York
A los 48 años, este enfermero fue la primera víctima entre los trabajadores de la salud de Nueva York, una ciudad golpeada por el COVID-19 como ninguna otra en el mundo. Su muerte hizo que sus amigos y colegas desafiaran las indicaciones de no hablar sobre la falta de equipo de protección para el personal de los hospitales y creó conciencia del peligro que corren los sistemas de salud si no protegen a los que están en la primera fila del combate contra la pandemia. Había llegado a Nueva York desde Lansing, Michigan, para estudiar danza pero prefirió enfermería en la Universidad de Nueva York (NYU), donde se graduó en 2012.
16. Rihanna
Cante, actriz y fundadora de Fenty Beauty y la Fundación Clara Lionel
Estuvo entre las primeras celebridades en hacer un aporte financiero a los que sufren y sufrirán por la pandemia: su organización sin fines de lucro destinó USD 5 millones a cubrir las necesidades de aquellas familias afectadas por el COVID-19. Hizo también una sociedad con la Fundación Shawn Carter, de Jay-Z, y con Jack Dorsey, para juntar esfuerzos a fin de conseguir kits de prueba y suministros para las terapias intensivas de Haití y Malawi.
17. Neil Ferguson
Profesor de Imperial College London
A comienzos de marzo el Reino Unido intentaba una estrategia diferente ante la pandemia: permitir una tasa de infección que, a diferencia de la cuarentena y las órdenes de quedarse en casa, creara una inmunidad generalizada. Pero los modelos que analizó este epidemiólogo mostraron el peligro detrás de ese enfoque y ayudaron a que el gobierno británico cambiara de rumbo: sin confinamiento podían morir más de 500.000 personas en ese país.
18. Shirin Rouhani
Médica del Hospital Shohada Hospital, Irán
“Ante una escasez grave de personal médico, Rouhani siguió tratando a los pacientes incluso después de que ella misma se infectara de COVID-19”, recordó Fortune. “Luego de su muerte muchos iraníes utilizaron Instagram, Twitter y otras plataformas para compartir una foto de la médica en pleno trabajo a pesar de estar recibiendo medicación endovenosa, y elogiar su persistencia y su coraje durante el brote masivo de Irán. La historia de Rouhani y esta foto se hicieron virales con el hashtag #ripshirinrouhani”.
19. Wang Chuanfu
Presidente de BYD
El hombre a cargo de la automotriz de vehículos eléctricos BYD se contó entre los primeros líderes corporativos en implementar un cambio radical para orientarse a la demanda generada por el nuevo coronavirus. “A fines de enero, cuando la crisis del COVID-19 se aceleraba en China, Wang creó un equipo especial para diseñar y construir nuevas líneas de producción en las cuales fabricar mascarillas y alcohol en gel, mercaderías con gran demanda en el mundo actual”, explicó la revista su elección. Actualmente las instalaciones de BYD en Shenzhen producen la mayor cantidad de barbijos que ninguna otra en el mundo, unos 5 millones por día.
20. Angela Merkel
Canciller de Alemania
La canciller de Alemania recibió elogios globales —y no por única vez en la historia de su gestión, a punto de terminar— por su respuesta calma, inmediata y efectiva a la pandemia. Merkel es, además de política, una científica por su formación, e impuso medidas estrictas de distanciamiento social de las que ella misma fue un ejemplo cuando se puso en cuarentena voluntaria al saber que su médico personal había dado positivo en un análisis de COVID-19. Debido a esas acciones y a un despliegue temprano y extendido de kits de pruebas Alemania logró mantener su tasa de mortalidad muy inferior a la de muchos de sus vecinos europeos.
21. Los supermercados
Waitrose, del Reino Unido; H-E-B, de los Estados Unidos; Sobeys, de Canadá
“Las tiendas de alimentos se han revelado como un factor de supervivencia fundamental para las poblaciones en pánico, incluso cuando su personal se convirtió en ‘trabajadores esenciales’ en la primera línea del riesgo de exposición”, argumentó Fortune. “Las cadenas europeas como Waitrose fueron pioneras a la hora de establecer horarios especiales de compras y entrega domiciliaria para la gente vulnerable y los adultos mayores. En América del Norte, los supermercados H-E-B, de Texas, y Sobeys, de Canadá, aumentaron el salario de sus trabajadores y las licencias médicas, lo cual ayudó a impulsar a los gigantes Target y Walmart a seguir el ejemplo”.
22. Leo Varadkar
Primer ministro de Irlanda
Pocas cosas menos populares que cancelar los festejos de San Patricio en Irlanda, pero Varadkar lo hizo aun cuando la pandemia lo encontró en un mal momento político: su partido perdió las elecciones en febrero, así que terminará su mandato en plena crisis. Con aplomo, también cerró escuelas, pubs y otros lugares de encuentro público. “Pero lo que realmente ha sido impresionante es su voluntad de ponerse en la línea de fuego —lo elogió la revista—: médico de profesión, Varadkar trabaja media jornada semanal en la evaluación de pacientes con el virus”.
23. Cristian Fracassi y Alessandro Romaioli
Director ejecutivo e ingeniero de Isinnova
Cuando el SARS-CoV-2 arrasaba Italia Fracassi y Romaioli se enteraron que un hospital de Brescia tenía respiradores pero le faltaban unas válvulas esenciales para hacerlos funcionar. Los dos ejecutivos del instituto de investigaciones privado de Roma visitaron el centro médico, estudiaron las válvulas —que deben ser reemplazadas luego de cada uso— y trabajaron en prototipos en las impresoras 3-D de Isinnova, hasta que lograron crear las piezas. Las entregaron gratuitamente al hospital. “Había gente cuya vida peligraba, y actuamos. Punto”, sintetizó Fracassi.
24. Brett Crozier
Ex comandante del barco U.S.S. Roosevelt
El capitán Crozier, a cargo del portaaviones Roosevelt, temía por la vida de sus 4.000 tripulantes, ya que el COVID-19 se propagaba a toda velocidad entre ellos. Escribió una carta rogando a sus superiores que se evacuara al personal, en la que describió una situación gravísima. Agregó: “No estamos en guerra. No hace falta que mueran los marineros». Cuando el texto se filtró a la prensa, Crozier fue expulsado de la Marina “no sin antes llamar la atención de la nación sobre la amenaza que representaba para nuestras tropas, una realidad que se hizo realidad el 13 de abril cuando un marinero del barco murió a causa del virus”, recordó Fortune. Actualmente se estudia su reincorporación.
25. Jack Dorsey
Director ejecutivo de Twitter y Square
Dorsey debutó en la filantropía con la voluntad de contribuir a paliar la crisis del nuevo coronavirus: anunció que destinaría USD 1.000 millones en acciones de su empresa de servicios financieros y pagos móviles, Square —lo cual equivale al 28% de su patrimonio— a un fondo de ayuda. Hasta ahora se ha dedicado a desembolsar el dinero de manera tan transparente que tuitea la hoja de cálculo en la que sigue el proceso. Hasta mediados de abril ya se habían utilizado USD 5,2 millones de ese fondo. «Dorsey también piensa más allá de la epidemia —destacó Fortune— y reservó el dinero que sobre para apoyar la educación de las niñas y el ingreso básico universal, que él llama ‘las mejores soluciones a largo plazo para los problemas existenciales que enfrenta el mundo’”.